jueves, 27 de junio de 2013

EL INSTINTO CREADOR[1]



"(…) Toda educación que prepara al futuro adulto para lo que será su tarea útil  en la sociedad tiende a rechazar el instinto creador. Ahora bien, ocurre a menudo que la utilidad desaparece con el rápido desarrollo de la tecnología, incluso antes de que el niño llegue al final de sus estudios. En estas condiciones, la educación solo puede jugar un papel negativo, de represión de cualquier forma de creatividad espontánea. De no ser así, el adulto sería más creativo que el niño, cuando en realidad ocurre lo contrario.
Ahora bien, ¿podemos concebir una educación dirigida al desarrollo de la creatividad? Podemos dudar de ello, y preguntarnos si cualquier forma de educación, o lo que entendemos por educación, no es limitativa, si su función principal no consiste en restringir la libertad, que es la condición fundamental de la creatividad. La única educación que es favorable a la creación es aquélla que elimina las trabas para el desarrollo de la creatividad. Pero el homo ludens prescinde de la educación. Él aprende jugando".








                                                                                                                                        






[1] Constrant, La Nueva Babilonia. Pag.34

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