La "cajita feliz"
Se propone
encontrar alternativas que lleven a la reflexión para el momento de diseñar y
planificar los lugares que acrecentarían el concepto de anti-ciudad o "no
lugar"[1], como lo
pueden ser las autopistas, los centros comerciales, aeropuertos etc. Además se
pretende inducir a la búsqueda de varios ejemplos proyectuales que aporten
ideas para resolver ciertos problemas comunes dentro de las ciudades actuales. En el caso de
los grandes espacios cerrados dentro de la ciudad, como lo son la mayoría de
los nuevos centros comerciales, deberían a simple vista poseer menos
superficie cerrada, más superficie abierta y mayor conexión con la ciudad,
independientemente de las situaciones climáticas en las que se sitúan dicho
emprendimientos. Esta reflexión es aún más importante en aquellas ciudades como
las mediterráneas que disfrutan de un excelente clima todo el año. Es por eso
que un esplendido diseño para un centro comercial no garantiza un buen espacio
urbano. Con ello, la "caja cerrada" de "x" cantidad de
pisos como se puede ver en tantas tiendas de ciudades europeas, como por
ejemplo el "Corte Inglés", las galerías "Lafayette", la
"Fnac" o los mismísimos shoppings americanos, conviene principalmente
a determinados lugares con climas muy fríos e incómodos a la hora de habitar la
calle (países nórdicos o países ubicados en los extremos del globo terráqueo).
No son de ningún modo adecuados para el caso de ciudades públicas como las
europeas o las mediterráneas. Es por ello que me pregunto si se pueden seguir
planificando sistemáticamente sin pensar más y más de estos "no
lugares" dentro de las ciudades en cuestión.
El principal problema de estos grandes
centros cerrados es que en ellos se pierde la noción del "espacio" y
del "tiempo", olvidándonos además del sitio concreto en el cual nos
ubicamos en la ciudad. Es algo que el siglo XXI tiene muy presente y es debido
al sentido de rapidez del momento actual, causado especialmente por el
desarrollo de nuevas velocidades de transporte, como también de la tecnología
de los medios de comunicación. Por eso nos estamos convirtiendo en "presa
fácil" del apuro por consumir y por movernos más deprisa dentro de la
ciudad, viviendo casi exclusivamente en estado de locura globalizada e
imposibilitando el disfrute de "encuentro" en la ciudad pública
abierta. Estamos todo el tiempo buscando la manera de consumir más rápido y
todo en un mismo lugar. De ahí proviene el éxito de los grandes centros
comerciales, impuestos en gran medida como "moda necesaria" por las
grandes corporaciones. La "cajita feliz" vendría a hacer
referencia al nombre que Mc Donald's dio a cierto producto que consumen los
niños, donde en una cajita de cartón se encuentran horrendos e inútiles
juguetes, dejando de lado lo importante que es el alimento concreto. Algo
parecido ocurre con los centros comerciales, donde el producto en sí pierde
importancia. Somos engañados por esa maciza caja oscura en la cual compramos
porquerías sólo por el hecho del placer de consumir.
Es por ello
que quiero compartir el reciente proyecto para la antigua estación de tren de
Tel Aviv-Yafo, creyendo que se ha realizado una acertada intervención urbana
independientemente de la cuestión política o económica del proyecto. Pues, con
ello me refiero particularmente a la cuestión espacial que es al fin y al cabo
lo que nos aqueja. Quisiera antes empezar citando dos brillantes ejemplos del
siglo XIX que efectivamente son un espacio público completamente techado, pero
simplemente no poseen puertas cerradas sino arcadas totalmente abiertas a la
ciudad. Estos ejemplos son la famosa Galleria Vittorio Emanuele II, en Milán y
la Galleria Umberto I, en Nápoles. Cabe decir que estas galerías fueron la
antesala para el futuro desarrollo de los centros de consumo del siglo XX. A diferencia
de los espacios actuales, la sensación espacial dentro de las galerías
es completamente distinta a lo que sucede en el típico centro comercial que se
encuentra herméticamente cerrado. Es posible pensar que sea producido por el
contacto con el aire exterior, la luz natural, y hasta el ruido de sus calles
lindantes que penetran en el lugar, otorgándole más vida social.
Volviendo ahora al proyecto concreto para la antigua estación en la costa de Tel Aviv, se ha planificado un proyecto de usos mixtos en el cual se generó tanto la parte comercial, típicamente de consumo, como también una parte cultural por medio de un museo dedicado a la historia de la estación. Ofrece en su mayoría espacios al aire libre y permite con ello un mayor disfrute de la luz del sol, del color azul del mediterráneo y de los diferentes colores del cielo. En definitiva se diseñó reutilizando los antiguos contenedores de las actividades ferroviarias para generar locales gastronómicos, como restaurantes y bares y con escasa cantidad de negocios de otro tipo. Estoy sumamente convencido de que ese espacio se vive como un lugar al mejor estilo de los estudios MGM de Disney (cartón escenográfico). Sin embargo, como hecho positivo a resaltar, aquel espacio específico posibilita que las dos variables en cuestión "espacio-tiempo" terminen siendo visibles y vivibles por la vista del consumidor, como del simple ciudadano que transita por el sitio.
Autor, Arquitecto Bryk Uriel
[1] Término acuñado por Marc Augé en, "Los no
lugares, espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad".
[2] La antigua estación de tren de Tel Aviv-Yafo
(primera y última imagen) que unía la costa litoral del
mediterráneo con la capital Jerusalén desde la época del Imperio Otomano hasta
el período del mandato británico.
[3] Imagen de la Galería Vittorio Emanuelle (segunda
imagen) por el acceso principal desde la Piazza di Duomo.
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